Algo se muere en el alma... Bar Sol y Sombra

Quizá os parezca exagerado, pero así nos sentimos. Ya nos olíamos algo al ver que habían desaparecido los carteles del Bar Sol y Sombra, pero nos resistíamos a creerlo. Preferíamos pensar que estaban de reformas, que se habían ido de vacaciones... cualquier cosa antes que pensar que nos quedábamos sin Atún en Manteca, sin Lasaña de Rabo de Toro, sin Pimiento Rojo Relleno o sin el último invento: el Crêpe Suzette al momento.

Nos da pena no solo porque nos quedamos sin un referente de nuestros veranos y de los días en los que nos apetecía tapear con buena cocina, sino porque se rompe el sueño de un hostelero que ha tratado de innovar de mil maneras: con cubos de botellines a precios imbatibles, con el chupa y tira de los viernes, las mantitas para el frío, las cañas a 0,20€, los Rosquitos con vino dulce, el aroma de Cádiz, los finos bien servidos, la cerveza "bien tirá" y que siempre atendía educadamente, siendo cercano, pero sin agobiar; ayudando, pero sin insistir. 

No podemos dejar atrás sus Caracoles, esos que solía tomar con mi padre cada viernes y que siempre nos gustaban tanto. Era todo un ritual, mirar la carta para pedir siempre lo mismo y siempre comentar que estaban todavía mejor que los de la semana anterior.

El otro día en un "tuit" este hostelero nos comentaba que quizá no había conectado con el público de Antequera, que no había sabido transmitirles su idea. Y se reflejaba mucha tristeza en esas palabras. ¡Y es que esta Antequera es tan difícil y tan peculiar! Nunca hemos entendido qué tienen algunos bares para estar llenos y porqué otros están vacíos. Al final, el público manda. Pero si seguimos con esta tendencia, luego no podremos quejarnos de que aquí todo es "sota, caballo, rey". Si la mayoría de la gente pide calamares, pues al final todos los bares pondrán calamares, nadie se arriesgará a innovar. Criticamos mucho a la hostelería antequera, pero a veces también tenemos que criticarnos a nosotros mismos.

Desde aquí queremos darle las gracias por los buenos momentos que ha dado a nuestras papilas gustativas. Desde aquí un ¡hasta pronto! Esperamos que le queden ganas de volver por esta tierra y que el triunfo lo acompañe la próxima vez.




Comentarios

  1. Cierto es todo lo que este artículo expresa, tanto la pérdida de este gran local, como la pérdida de aquellas grandes tapas, como la pérdida de un gran hostelero y profesional, pero no dejemos de mencionar la cierta alusión al complicado público antequerano que parece no cansarse de dejar pasar grandes bares como Sol y Sombra que aportan verdaderos manjares que dudo que puedan volver a probar.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario